Se conforma de una estructura modular de acero galvanizado de alta resistencia, cubierta de plásticos y mallas antiáfidas de alta calidad.

Ofrece el máximo aprovechamiento térmico y lumínico, prácticamente aislando el cultivo tanto de las condiciones atmosféricas adversas, como de plagas y enfermedades.

Con el invernadero I-200 se obtiene el mayor rendimiento por hectárea, así como productos con mayor valor en el mercado. Adicionalmente, permite bajar los costos de fertilizantes y mano de obra.

El diseño del I-200 es versátil y adaptable a sus propias necesidades. Su tecnología crea las condiciones óptimas para cada cultivo, incrementando la rentabilidad por metro cuadrado.

Una de las principales ventajas de este invernadero es su altura y diseño estructural, que por tener ángulos no muy pronunciados, permite una excelente ventilación y renovación del aire, de tal manera que las oscilaciones de temperatura entre el día y la noche sean menores. Es decir, se obtiene un control climático natural de las temperaturas altas o bajas, de la humedad relativa y de la luminosidad, que son elementos clave para acelerar la fotosíntesis y maduración del fruto.